Nadie tiene un verdadero equilibrio en el alma, lo supe aquella tarde soleada cuando en una alberca me miró un chico con una lujuria temerosa. Me miró con deseo pero también con miedo, un miedo provocado por su deseo. Cómo Podía antojársele una mujer mutilada como yo, qué podría despertarle yo sino un morbo enfermizo. Primero miró mis ojos. Yo estaba cubierta por el agua. Al notar mi defecto, su sorpresa fue sana, un asombro minúsculo que me animó a seguir el cruel juego. Me mordía los labios y dilataba mis pupilas al encontrarme con las suyas. Simulaba ver por encima de la superficie, precisamente allí, en esa parte de su cuerpo donde, segundos después, con un visor acuático, comprobaba su dureza por desearme. Fragmento del cuento “Se ahogan de repente las ganas”
Fernando Reyes nos ofrece una serie de cuentos muy particulares, “Nadie tiene un verdadero equilibrio en el alma” como menciona una de sus protagonistas cuyo defecto físico desata el deseo de los hombres, es parte de una serie de cuentos que bajo la premisa de que todos tenemos defectos, se desarrollan una serie de situaciones que podrían resultarnos aberrantes pero que sin duda reflejan la parte más oculta de la realidad humana.
Los títulos en sí, pueden transgredir la moral de muchos, pero sin duda, como lo menciona Mauricio Carrera en la introducción “Se trata de una queja femenina” en este libro el autor se despoja del discurso desde el yo masculino para ahondar en esa otredad echa de hormonas, vaginas, represiones e histerias.
no podría descargarme alguno de los cuentos? y si se puede, alguien me explica ¿cómo?, por favor, que traigo muchas ganas de leerlos , y nada de dinero.
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